martes, 10 de enero de 2012

"Irak: un genocidio"



Después del discurso del presidente Obama en Fort Bragg, donde anunció el fin de los nueve años de guerra y ocupación de Irak, a la que calificó como de un "éxito extraordinario", y un logro, el haber dejado un Irak "estable y soberano"; uno se pregunta: ¿De qué éxito habla el Presidente?
Si no fue la soberanía ni la estabilidad de Irak el motivo de la invasión. La excusa era que Irak tenía armas de destrucción masiva, las que nunca se encontraron.
¿Se puede llamar a esto un "éxito extraordinario"?
Bajo esa mentira, que nadie en el mundo creyó, se masacró al pueblo iraquí, y ahora dicen: "¡Sí, pero los dejamos estables y soberanos!".
De ser así, ahora tendrían que invadir a Grecia, Italia y Portugal que acaban de perder su soberanía en manos de Alemania, Francia, el Banco de Europa y Goldman Sachs.
En cuanto a las cifras oficiales de este "éxito extraordinario", se habla de 150 mil civiles asesinados. Otras investigaciones hechas por prestigiosas instituciones, hablan de 630 mil y un millón. Para tener una real dimensión de estas cifras monstruosas, si pusiéramos 630 mil cadáveres en línea recta, esta se extendería por 690 millas. En un carro a 55 millas por hora, viajaríamos casi 13 horas viendo cadáveres al costado de la autopista.
El premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, calculó el costo de estos nueve años de guerra en tres billones de dólares.
Obama heredó este genocidio impulsado por un grupo de fanáticos de la administración republicana de George W. Bush, y siendo senador el actual presidente, él se opuso a esta guerra. El presidente Obama debió haberse limitado a resaltar el cumplimiento de su promesa.
Un genocidio nunca se puede calificar de exitoso. Habrá que esperar que un tribunal internacional juzgue las responsabilidades.

Por: Osvaldo Arias ( Los Ángeles) 

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