La costumbre. Como nos acostumbramos a ver como “naturales” ciertos hechos, pasados y presentes, que distan tanto de serlo.
Nacemos pensando que el estado de ciertas cosas existió desde siempre, y morimos pensamos que así seguirá siendo. Como si el presente no tuviese un pasado que lo fue haciendo posible, olvidamos que la historia se encargó y se encarga, a través de sus innumerables luchas, de construir lo que existe y destruir lo que no pudo ser.
Tan pesado es el efecto narcotizante de la costumbre, que nos lleva a tomar por verdaderos ciertos mitos, sin duda fundantes, de la sociedad en la que vivimos.
En este sentido Paulo Freire, aquel famoso pedagogo brasilero, reconocido mundialmente por sus campañas de alfabetización y por la invención de la llamada “Educación Popular”, nos habla en su obra cumbre “Pedagogía del oprimido” de los Mitos indispensables para el mantenimiento del Status Quo:

Podemos definir al mito en tanto “narración fabulosa e imaginaria que intenta dar una explicación no racional a la realidad”, o como un “Conjunto de creencias e imágenes idealizadas que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y que le convierten en modelo o prototipo”.
En nuestro caso, desde el mito fundante del “Descubrimiento” de América hemos escuchado, leído, atestiguado los más insólitos acontecimientos que, en su momento, tomamos por ciertos. Algunos perduraron por más tiempo, como la zoncera (en palabras de Jauretche) de “Civilización y barbarie”, o la creencia en la bondad de la “Campaña del desierto” (hoy, la parte trasera de nuestros billetes con más valor).
Desde la “acción civilizadora” española, luego inglesa, y luego estadounidense, hasta nuestro aún reciente mito del “1 a 1” , atravesamos tantos mitos que sería imposible nombrarlos a todos.
Por ellos les proponemos que nos digan cuáles son para ustedes los mitos, de ayer y de hoy, que creen que existen en la sociedad, en nuestra historia, en nuestro día a día. Los leemos en los diarios, en los libros, los vemos en la tele, en las películas, los escuchamos en la radio y en las canciones.
¡Derribemos los mitos, que son mucho más de los que pensamos!
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